CLÁSICO
TRADICIONAL, SOFISTICADO Y ELEGANTE.
Este estilo ensalza la figura del mueble antiguo, es el fiel reflejo del lujo refinado por el que parece que no pasa el tiempo.
Se caracteriza por tener grandes estancias cálidas, llenas de complementos y variados materiales, con fuertes y marcadas señas de identidad, que en algunos casos crea un ambiente recargado.
Decorado con piezas de arte, cubertería de plata, candelabros, alfombras orientales y lámparas de araña.
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RÚSTICO
CASUAL, CÓMODO Y ACOGEDOR.
El estilo rústico nace en el campo, e incluye colores cálidos y materiales de la naturaleza. Tiene como objetivo lograr un ambiente relajado, confortable y tradicional que recuerde a la naturaleza.
El pino es el material más utilizado ya que proporciona solidez y fuerza, donde la chimenea es la gran protagonista.
Los muebles más característicos son los antiguos o que aparenten serlo, artesanales, de madera natural o con pintura envejecida que desprendan calidez y personalidad.
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INDUSTRIAL
MINIMALISTA, FUNCIONAL Y DESNUDO.
También conocido como estilo urbano, este se ha convertido en una de las mayores tendencias en el mundo del diseño de interiores de los últimos años.
Grandes paredes de ladrillos a la vista y vigas de hierro y hormigón al descubierto, son algunos de los elementos que caracterizan este estilo.
Se trata de no enmascarar ni ocultar los materiales de construcción y mostrar sus estructuras al completo.
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CONTEMPORÁNEO
LIMPIO, PRÁCTICO Y ACTUAL.
Recrean espacios grandes y diáfanos con tonalidades claras, en el que se suelen utilizar piezas de corte clásico y líneas rectas y robustas.
Sin embargo, la combinación blanco-negro es muy habitual en espacios contemporáneos junto con la gama de colores claros y marrones oscuros.
Se potencian los espacios amplios, pero a la vez prácticos y funcionales, poco sobrecargados, con pocos complementos en relación con otros estilos, pero en el que la decoración tiene mucho peso.
